Como ya dije en la anterior entrada, antes de entrar en Portugal hicimos una noche en Plasencia.

Por cierto, antes de llegar a nuestro alojamiento nos desviamos unos kilómetros y visitamos el Monasterio de San Jerónimo de Yuste, mereció mucho la pena el desvío, es muy bonito y muy agradable la visita. Nos gustó mucho, os dejo alguna foto.

Después de la visita del Monasterio, que como digo nos encantó, llegamos al pueblo donde íbamos a dormir,  Malpartida de Plasencia, en un apartamento reservado a través de Booking que se llaman Casa Rural del Corral.

El apartamento estaba bien, nosotros estábamos alojados en un apartamento tipo loft bastante renovado.  Tienen una piscina cubierta, aunque en pleno verano el agua estaba helada, no sé como estará cuando hace frío.

Este pueblo está pegado a Plasencia que era lo que a nosotros nos interesaba visitar, merece mucho la pena si vais a Extremadura o si pasáis cerca, como era nuestro caso, hacer una visita a Plasencia.

El Parador de Plasencia es espectacular, Está situado sobre el Convento de Santo Domingo, construido en el siglo XV, en estilo gótico, merece la pena tomar aunque sea un café y sentarse a disfrutarlo un poco y hacer unas fotos.

Al día siguiente emprendimos nuestro viaje rumbo al país vecino, pero antes de llegar a nuestro campamento base que teníamos reservado en Estoril, hicimos una parada de unas horas en la ciudad de Évora, ya en Portugal.

Évora merece mucho la pena, además te pilla de paso si entras a Portugal por Badajoz. De Évora destaca sobre todo su pasado romano, en el centro histórico de la ciudad se encuentra el templo romano de Diana.

Otra de las cosas más visitadas en Évora y además muy curiosa es la Capilla de los huesos, que se encuentra dentro de la Iglesia de San Francisco. A los niños les sorprendió muchísimo ver tantos huesos de esqueleto humano juntos.

Se calcula que el número aproximado de esqueletos necesarios para realizar semejante obra es de unos 5.000, provenientes de los cementerios de las iglesias situadas en los alrededores.

Después de nuestra visita de Évora, llegamos al que iba a ser nuestro campamento base en Estoril. Creo que ya comenté como se llama My House at Estoril Guesthouse, reservado también a través de Booking. No voy a comentar nada del alojamiento, porque ya lo hice en la entrada anterior.

Alojarnos en Estoril fue todo un acierto, estábamos cerca de Lisboa, pero también de Cascais, Sintra, Setubal, …

Estoril tiene un aire aristocrático, ya que sirvió de exilio a monarcas y dictadores, también fue destino de vacaciones de miembros de la realeza y la aristocracia.

Su playa es muy bonita, merece la pena comer un día en uno de sus chiringuitos, además tienen mucha clase, se nota que están destinados a un turismo de clase media-alta.

Nosotros uno de los días comimos en uno que se llamaba Tamariz Beach Club. comimos un arroz caldoso con marisco, típico de allí, que estaba buenísimo.

Lo más conocido de Estoril es su casino, nosotros solo lo vimos por fuera, fue inaugurado en 1931 y se dice que es el casino más grande de Europa. Durante la Segunda Guerra Mundial, fue frecuentado por espías y monarcas destronados por lo que sirvió de inspiración a Ian Fleming para escribir la novela de Casino Royale.

Esa misma tarde aprovechamos para hacer la visita de Cascais y cenar por allí. Cascais es un pueblo muy turístico, famoso por sus playas y su puerto deportivo concurrido, está todo lleno de bares, restaurantes, tiendecitas, … El casco antiguo alberga la fortaleza medieval de Nuestra Señora de la Luz y la ciudadela, que en su día fue un retiro de la realeza.

Nos costó encontrar un sitio para cenar en Cascais, ya que estaba a tope de turistas, pero el pueblo tiene su encanto y nos gustó la visita, aunque reconozco que con menos gente hubiera ganado encanto.

Al día siguiente nos iríamos a Lisboa, la gran Lisboa, pero eso fue otro día…